lunes, 7 de marzo de 2011

LA DESESPERACIÓN DE LISÍSTRATA

LA DESESPERACIÓN DE LISÍSTRATA
Por Elizabeth Pazos*
“Me voy a convertir en Lisístrata” fue lo último que le oí decir a mi culta amiga; sé de ella después de muchos años a través de Facebook, tiene la cara de felicidad de quien ha alcanzado la iluminación, pero nunca volví a saber dónde vive en realidad, cambia continuamente su dirección de residencia y se niega a responder mis mensajes personales. Para el momento yo no sabía quién era Lisístrata y Google no estaba a mi disposición, así que el tiempo pasó y es ahora que encuentro el nombre otra vez en una antología de la poeta Lyddia Franco. Se trata de una obra de teatro de Aristófanes, una comedia que ahora es símbolo de movimientos antibelicistas. Lisístrata es una ateniense que se harta de ser la esposa de un hombre que vive en pie de guerra y como la victoria nunca llega decide convocar al resto de las mujeres de la comunidad griega e invitarlas a enfrentar su realidad a través de una estratagema compartida: a partir de ese momento se negarán a cumplir sus deberes conyugales. Si sus maridos no deponen las armas ellas, las mujeres de Atenas, se alzarán en armas contra ellos hasta que sean vencidos por la falta de amor. Lo que ocurre en la obra puede que sea divertido pero lo es más la versión española bien subida de tono que aparece en la net e invito a revisar si es que no los ofusca demasiado “el destape español”. ¿Y qué tiene que ver Lisístrata con nosotros? Pues basta con mirar alrededor para ver cómo el mundo se ha vuelto loco y salen tod@s a la calle enfurecid@s, a tumbar gobiernos, a romper ídolos, saquear museos, irse a las plazas y proclamar “Estoy harto y no me lo calo más”, como Michael Douglas en “Un día de furia”, cuando sale a batearle el alma a cuanta gente encuentra, convertido en ángel vengador de la ultraderecha. Cuando se mira alrededor provoca volverse una Lisístrata como mi amiga, y admitir que nadie tiene ningún derecho a combatir eternamente a diestra y siniestra en nombre de la política porque nadie tiene ya ni la menor idea de lo que eso significa, y lo mejor es que cada quien monte su guerra privada a ver si la cordura vuelve a imperar en el mundo porque los lechos se encuentran vacíos, pareciera que ya a nadie le interesa el amor. Elizabeth Pazos: Psicóloga Clínica-Sexóloga. Consultas Miércoles y Jueves previa cita. Piso 5 Edif. Meditotal, Centro Estudios Médicos, Porlamar. Cel.: 0412-996.6723/0426-586.8456

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